El Susurro en la Noche

La ciudad estaba sumida en un profundo silencio, interrumpido solo por el murmullo del viento que atravesaba las calles desiertas. Kael, un joven de veintidós años, caminaba con paso firme, pero su mente estaba lejos de la rutina diaria. Había pasado la tarde atrapado en clases aburridas y la monotonía de su vida universitaria le pesaba como una losa. Sin embargo, esa noche, algo lo impulsaba a buscar respuestas en los rincones más oscuros de la ciudad.

 

Mientras se adentraba en un barrio poco iluminado, su atención se vio atraída por un foro en línea que había encontrado por casualidad. Hablaba de rituales antiguos y entidades que habitaban en las sombras. La curiosidad lo llevó a explorar más, y pronto se encontró inmerso en historias de bestias legendarias y pactos de poder que resonaban en su interior. Sin pensarlo dos veces, decidió seguir las instrucciones de un ritual que prometía invocar a una de estas criaturas.

 

Con el corazón latiendo con fuerza, Kael se dirigió a un callejón apartado. Las luces de neón de los bares cercanos parpadeaban, pero el lugar donde se encontraba era un remanso de oscuridad. Sacó un pequeño frasco con un polvo brillante que había preparado siguiendo las indicaciones del foro. Alrededor de él, colocó velas negras, creando un círculo que parecía absorber la luz.

 

Mientras encendía las velas, una brisa helada recorrió el callejón, haciendo que la piel se le erizara. Murmuró las palabras del ritual, sintiendo cómo la energía comenzaba a vibrar en el aire. De repente, un grito desgarrador resonó en su mente, como si el mismo callejón estuviera respondiendo a su llamado. Las sombras comenzaron a danzar a su alrededor, y un escalofrío recorrió su espalda.

 

En un instante, el ambiente cambió. Una figura oscura emergió de la penumbra, tomando forma ante sus ojos. Era una bestia imponente, con pelaje negro como la noche y ojos que destellaban con una luz sobrenatural. Kael se quedó paralizado, incapaz de apartar la mirada de aquella criatura que parecía estar hecha de sombras vivas.

 

"Has invocado a Nyx", resonó una voz profunda y etérea. La bestia se acercó, y Kael sintió una mezcla de miedo y fascinación. "Te he elegido como mi maestro. Tu destino está entrelazado con el mío."

 

Kael tragó saliva, intentando procesar lo que estaba sucediendo. "¿Maestro? ¿Qué significa eso?", preguntó, su voz temblando ligeramente.

 

"Significa que poseerás un poder que pocos conocen. Pero también implica una responsabilidad. La oscuridad que te rodea no es solo un refugio; es un campo de batalla. Debes estar preparado para enfrentar lo que vendrá", respondió Nyx, sus ojos brillando intensamente.

 

Sin previo aviso, un eco resonó en el aire, como un trueno distante. La bestia se tensó, y Kael sintió que una presencia ominosa se acercaba. "No estamos solos", advirtió Nyx. "Algo oscuro se aproxima, y deberás elegir tu camino."

 

Antes de que pudiera reaccionar, un grupo de figuras encapuchadas emergió de las sombras, sus rostros ocultos por la penumbra. Kael sintió una oleada de adrenalina mientras se preparaba para enfrentar lo desconocido. Las figuras comenzaron a murmurar en un lenguaje extraño, y el aire se volvió denso, cargado de una energía inquietante.

 

"¡No dejes que te atrapen!", gritó Nyx, y en un instante, la bestia se lanzó hacia adelante, transformándose en una sombra que se movía con una velocidad sobrehumana. Kael, impulsado por la urgencia, siguió a Nyx, sintiendo cómo su propio poder comenzaba a despertar dentro de él.

 

Las figuras encapuchadas levantaron las manos, invocando una magia oscura que chisporroteaba en el aire. Un rayo de energía se disparó hacia Kael, pero con un movimiento instintivo, él levantó la mano. Para su sorpresa, una barrera de sombras se formó a su alrededor, absorbiendo el ataque.

 

"¡Lo has hecho!", exclamó Nyx, mientras luchaban juntos contra la amenaza. Kael sintió una conexión profunda con la bestia, como si sus pensamientos y emociones se entrelazaran. Con cada movimiento, su confianza creció, y la oscuridad que lo rodeaba se convirtió en su aliada.

 

La batalla se intensificó, y Kael se dio cuenta de que había cruzado un umbral. No solo estaba luchando por su vida; estaba descubriendo su verdadero potencial. Con cada golpe y cada ataque, la realidad de su nueva existencia se hacía más clara. La noche se convirtió en un lienzo de sombras y luces, donde él y Nyx danzaban en perfecta armonía, enfrentándose a lo desconocido.

 

Cuando el último de los encapuchados cayó al suelo, el silencio envolvió el callejón nuevamente. Kael, respirando con dificultad, miró a Nyx, quien se había transformado de nuevo en su forma imponente. "Esto es solo el comienzo", dijo la bestia, su voz resonando con poder. "Debemos prepararnos para lo que está por venir."

 

Kael asintió, consciente de que su vida había cambiado para siempre. Había despertado algo en su interior, algo que lo conectaba con un mundo de misterio y peligro. Con Nyx a su lado, estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su camino. La oscuridad ya no era solo un refugio; era su nuevo hogar.

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